(620 A.C.-560 A.C.)
Esopo nació
en Amerium, una localidad cercana a Frigia (Asia Menor), sobre el año 620 A. C.
Vivió como esclavo del filósofo Janto y posteriormente de Jadmon hasta que
consiguió su libertad, comenzando su faceta de fabulista con la ayuda del rey
de Lidia, Creso, quien le cobijó en su dominio y con quien trabajó en
diferentes misiones diplomáticas.
Cuando estaba realizando una de ellas, transportando oro para
distribuirlo entre los ciudadanos de Delfos, fue asesinado en el año 560 A. C.
tras no decidir repartir el oro ante la codicia exhibida por su población.
Sus escritos, que generalmente solían utilizar animales con
características psicológicas humanas, se significan por la sátira y crítica a
las normas morales y éticas de los personajes y colectividad de su tiempo,
flagelando a la mayoría de los estamentos políticos y sociales, en especial a
Pisístrato, tirano de Atenas.
Fábulas de Esopo
LA CIGARRA Y LA HORMIGA
Sacaba la hormiga al sol en
invierno todo el trigo que había recolectado en el verano. Una cigarra
hambrienta que pasaba por allí y contempló todas sus provisiones, le pidió que
le diese un poco, a lo cual le respondió la hormiga:
– Amiga mía, ¿qué hiciste tú en
el estío mientras yo estaba trabajando?.
– Estaba cantando por los sotos
-contestó la cigarra-, por lo que no tenía tiempo para recoger provisiones.
-Pues si cantabas en verano -dijo
la hormiga-, baila ahora en el invierno -y recogiendo su trigo, se rió de la
holgazanería y poca previsión de la cigarra.
Moraleja: Debemos trabajar a
tiempo para que no nos falte lo necesario después. El holgazán y el descuidado
siempre se halla necesitado y escaso.
LA ZORRA Y EL BUSTO
Encontró un buen día una zorra un
buesto en mitad del campo y después de haberlo registrado y olido, y viendo que
no tenía sentido, dijo:
– Tu cabeza es bien hermosa, pero
¡qué pena que no tengas seso!.
Moraleja: Esto mismo sucede entre
muchos hombres. La apariencia sin cerebro es como un busto sin entendimiento.
LA CORNEJA SEDIENTA
Una corneja deseaba beber en un
cubo que encontró cerca de un pozo, pero tenía tan poca agua que apenas
alcanzaba a ella con su pico.
La corneja ideó un medio que
consistía en ir arrojando piedrecitas dentro del cubo, echándolas con el pico,
y así el agua subió más arriba hasta que pudo beber sin ninguna dificultad.
Moraleja: Más vale maña que
fuerza.
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